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Displasia de cadera

Figura 1Figura 2Es una alteración del desarrollo de la cadera, mayoritariamente congénita, cuya causa no se conoce. Más frecuente en niñas, lado izquierdo, en primeros partos y embarazos, gemelares, y con presencia de otras deformidades como en el cuello y pies. En esta alteración la cadera pierde su congruencia parcialmente (subluxación) o completamente (luxación). (FIGURA 1)

Este problema es más frecuente en este grupo de niños, y hoy se conoce de la ventaja de revisar niños que reúnan lo que se denominan “factores de riesgo”, como niñas, primer embarazo, presentación en podálica, etc. Porque como toda entidad ortopédica infantil, un diagnostico precoz asegura un tratamiento menos invasivo y un mejor resultado

Figura 3Figura 4aCuando el diagnostico se hace en paritorio, el tratamiento es fácil simple y seguro en el 98% de los casos con un arnés durante 6 semanas para conseguir una pronta congruencia entre el fémur y la pelvis (FIGURA 2)

Cuando el diagnostico no se hace en el paritorio, la pierna es aparentemente más corta, hay una asimetría de los pliegues de la piel y la cadera se abre peor (contractura). A partir de los 5-6 meses suele ser necesario hacer una prueba en quirófano, inyectando contraste, para ver si la cadera entra correctamente (si se reduce) (FIGURA 3). En este caso se coloca un yeso y en caso contrario hay que abrir la cadera, limpiar los obstáculos y colocar un yeso (FIGURA 4). Este procedimiento necesita de dos días de ingreso hospitalario, antibioterapia intravenosa, etc. Esta inmovilización será necesaria 3 meses, y otros 2 meses más con una ortesis 23 horas al día.

Figura 4bFigura 4cSimultáneamente, el fémur y la cavidad de la pelvis (acetábulo) no han crecido adecuadamente si el diagnostico es tardío (> 6 meses). El aparato persigue corregir estas deformidades, algo imprescindible para el normal desarrollo en la infancia y para el normal funcionamiento en el adulto. Por ello, en ocasiones se precisan nuevas cirugías durante el crecimiento para corregir el fémur (osteotomía femoral) (FIGURA 5) o del acetábulo (acetabuloplastia) (FIGURA 6)

Estas cirugías son mucho más frecuentes cuando el diagnostico se hace por encima de los 16 meses de edad.

Hay algún caso inhabitual, en el que este proceso es “silente”: no había factores de riesgo, sin signos clínicos, sin antecedentes familiares, etc. y que se diagnostica en el adolescente casualmente o por dolor en la vida adulta joven, en el inicio de una artrosis precoz (FIGURA 7). Para evitar este problema en la vida adulta y/o retrasarlo, se deben realizar cirugías más invasivas como las osteotomías pélvicas (FIGURA 8).


Figura 5      Figura 6

Figura 7      Figura 8